Derrame cerebral: las señales que puede advertir al cuerpo un mes antes.

La incidencia del ictus en España es alta, afectando más a mujeres que a hombres. Los síntomas en el organismo son muy diversos, dependiendo de la zona del cerebro afectada.
El ictus es una enfermedad aguda que se produce cuando se obstruye o se rompe una arteria, lo que provoca un mal flujo sanguíneo, provocando que partes del cerebro se dañen o mueran. Esta afección es por tanto una importante causa de morbilidad y mortalidad.
La gravedad del ictus varía según el tipo de ataque, el tiempo transcurrido entre el episodio, el momento en el que la persona recibe atención médica y, por supuesto, las condiciones generales de salud.
En cuanto a los factores de riesgo, aunque el sedentarismo y la obesidad aumentan la prevalencia, un estudio sugiere que la hipertensión arterial es la principal causa de ictus.
En definitiva, lo importante es que mantengas un estilo de vida saludable, que ayuda (y mucho) a reducir el riesgo de esta enfermedad y que seas consciente de los síntomas más importantes asociados a un ictus y el momento en el que se producen. Infórmate.
Definición y síntomas de un ictus
Un ataque cerebrovascular (ACV) es una enfermedad aguda que se manifiesta cuando una arteria del cerebro se bloquea o se rompe.
Los síntomas en el cuerpo son muy diversos, ya que dependen de la zona específica del cerebro que se vea afectada (lenguaje, control del movimiento, etc.). Es decir, dependiendo de la zona donde se produzca la lesión cerebral, se sentirá el impacto anatómico.
Dicho esto, hay ciertos patrones comunes que pueden presentarse cuando se produce un ictus. ¿Sabes cuáles son?
Presta atención a estos 5 síntomas clave que no debes ignorar:
- Dolores de cabeza intensos y repentinos sin causa aparente.
- Visión borrosa en uno o ambos ojos.
- Entumecimiento o debilidad repentinos de la cara, los brazos o las piernas, especialmente en un lado del cuerpo. Hormigueo.
- Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o la coordinación.
- Confusión repentina y dificultad para hablar o entender lo que dicen los demás.
Si experimentas alguno de estos síntomas, actúa rápidamente. ¡Cada minuto cuenta! Recuerda que un tratamiento temprano puede reducir el daño al cerebro que puede ocasionar un ictus.
Tipos de ictus
Existen 2 tipos de ictus: por un lado está el ictus isquémico, y por otro lado está el ictus hemorrágico.
En el 80% de los casos, un ictus isquémico se produce como consecuencia de un bloqueo de una arteria cerebral. Suele darse como consecuencia de la acumulación de placas de colesterol, el desprendimiento de un coágulo, entre otras causas.
El 20% restante son ictus hemorrágicos, que se producen como consecuencia de la rotura de una arteria, provocando un sangrado importante.
Ahora bien, un tercio de estas situaciones (el 5% de todos los ictus) corresponden a un subtipo de episodio denominado “hemorragias subaracnoideas”. Estas se producen cuando se rompe un aneurisma, que es la dilatación de una arteria en forma de “bolsa”.
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